«San Josemaría animó siempre al voluntariado social»

José Luis González Gullón, investigador del Instituto Histórico San Josemaría Escrivá de Roma, acaba de presentar en Barcelona un libro sobre la primera obra corporativa del Opus Dei, la Academia DYA.

El autor del libro, José Luis González Gullón. Fotos: Miquel C.

Ediciones Rialp DYA. La Academia y Residencia en la historia del Opus Dei (1933-1939)

Descarga en PDF un extracto del libro, en el que se detalla la búsqueda y comienzos de la Academía DYA.

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¿Cómo se le ocurrió a San Josemaría abrir una academia en Madrid?

Pensó que una actividad para estudiantes universitarios podía ser la manera de comenzar la difusión del mensaje de manera orgánica o institucional.

¿Cuáles eran los rasgos esenciales de DYA?

Las tres claves que definen la primera obra corporativa son el trato con Dios, el trato con los demás y el estudio.

San Josemaría arrastraba con su vida, con su sonrisa, con la dedicación a los demás. Los chicos que iban a la residencia se sentían queridos, y el mensaje de San Josemaría no les sonaba como algo impuesto o externo

…y ¿cómo los transmitía?

San Josemaría enseñaba a tratar a Dios y animaba a los estudiantes a tener una visión universal, sin despreciar ni alejarse de nadie. En cuanto al compromiso social, desde el comienzo los empujaba a participar en tareas de voluntariado, dando catequesis cristiana a niños y asistiendo a pobres en sus casas. También mostraba a los chicos su compromiso, ante los demás y ante Dios, de hacer bien el trabajo que para ellos era el estudio.

¿Cómo procuraba que los estudiantes estudiaran?

San Josemaría arrastraba con su vida, con su sonrisa, con la dedicación a los demás. Los chicos que iban a la residencia se sentían queridos, y el mensaje de San Josemaría no les sonaba como algo impuesto o externo.

Por la amistad que tenían con él se comprometían a ser mejores estudiantes y cristianos. Realmente es el secreto de la difusión del mensaje cristiano: te fías de otra persona. Y también es el secreto de la difusión del mensaje del Opus Dei. Se fiaban de San Josemaría y creían que valía la pena esforzarse siguiendo al fundador.

Es una época muy apasionada, estamos hablando de los años antes de una guerra civil. (…) En este contexto, San Josemaría prohíbe que en las actividades colectivas como las tertulias o en el comedor se hable de política

¿Cómo era el voluntariado que se impulsaba desde DYA?

Eran actividades importantes para que los estudiantes entendieran el mensaje del Opus Dei. Los estudiantes debían priorizar su estudio porque San Josemaría les decía que era su obligación, aquello que Dios les pedía. Pero tenían que darse cuenta de que para servir a Dios con su inteligencia necesitaban tener sensibilidad social, no podían quedarse encerrados en un mundo académico ajeno a los problemas de los hombres.

¿Por eso les insiste en realizar actividades de voluntariado social?

El objetivo no era solucionar los problemas sociales, ya que su prioridad debía ser el trabajo y el estudio, pero sí para tener alma cristiana, para saber servir. Y es algo fundacional en el Opus Dei. No se insiste en actividades sociales sólo como una forma de limpiar la cara o de decir que también lo hacemos... forman parte del alma cristiana.

Claramente, que San Josemaría comenzara la fundación del Opus Dei entre enfermos, y que después entendiera que el objetivo prioritario no debían ser los enfermos, son dos temas relacionados y vale la pena pensar en los dos. Es importante porque sin esto no ayudamos.

El objetivo [de las actividades de voluntariado] no era solucionar los problemas sociales, ya que su prioridad debía ser el trabajo y el estudio, pero sí para tener alma cristiana, para saber servir

¿Qué hacía y qué no hacía San Josemaría en la residencia?

Es el fundador del Opus Dei y entiende que debe ser el impulsor de las obras corporativas. Al mismo tiempo ve que debe ocupar su lugar, que entendía que era de sacerdote.

Cuando se entrevista con el vicario general de Madrid, Mons. Francisco Morán, le dice que esta es una actividad dirigida por un ingeniero, Isidoro Zorzano, que tiene a un arquitecto como director, Ricardo Fernández Vallespín, y que él imparte formación cristiana como sacerdote a las personas que quieren. Es decir que DYA tiene una parte académica y una propuesta de vida cristiana que es la que él asume.

Otra cosa es que, por ser la primera, él tiraba de los demás. Es un matiz importante, cuando puede va enseñando y da libertad de actuación a los que dirigen la academia y la residencia.

¿Con animar es suficiente?

Es impulsor, lo que hace durante toda su vida es impulsar. Cuando alguien iba a un país le decía: cuando llegues habla con el obispo, preséntate, reúne un grupo de gente y háblales.

Josemaría Escrivá ha sido un impulsor y no ha querido que el Opus Dei sea una institución controlada desde arriba, pues dio siempre mucha autonomía a los apostolados del Opus Dei en todos los sentidos

Josemaría Escrivá ha sido un impulsor y no ha querido que el Opus Dei sea una institución controlada desde arriba, pues dio siempre mucha autonomía a los apostolados del Opus Dei en todos los sentidos, desde el económico al modo de transmitir el mensaje de la prelatura. Así es como yo lo veo.

¿Cómo conseguía que en la academia no se hablara de política?

Es una época muy apasionada, estamos hablando de los años antes de una guerra civil. Por lo tanto, los estudiantes de DYA, en su mayoría de tradición y familia católica, eran muy variados desde el punto de vista político.

[San Josemaría] les decía que forma parte del mensaje de la Obra estar abiertos a todas las personas y no despreciar a nadie

No había socialistas ni comunistas, pero sí había independentistas vascos, fascistas, gente de derechas dentro de la República, de la CEDA y gente alejada del mundo político que sólo se centraba en los estudios.

En este contexto, San Josemaría prohíbe que en las actividades colectivas como las tertulias o en el comedor se hable de política.

¿Fue posible?

Como era lógico hablaban de política continuamente, en la universidad, en la calle, con los amigos e incluso en el comedor, pero él les exigía y animaba insistentemente que no lo hicieran, porque les decía que forma parte del mensaje de la Obra estar abiertos a todas las personas y no despreciar a nadie.

En aquellos momentos las tensiones eran muy grandes, empezaba a haber asesinatos en diversos lugares de Madrid. Contrastaba el ambiente entre dentro y fuera de la academia. Dentro, en el ambiente normal de la academia se priorizaba el estudio, el trato con los demás, hacer actividades y deporte, estar en contacto... y fuera había un ambiente universitario políticamente crispado, en el 36 hay asesinatos entre estudiantes en la calle.

¿DYA es el modelo a seguir?

No se debe ver DYA como una época dorada. Nos ayuda a entender cómo fue el comienzo del Opus Dei para reflexionar sobre cómo trasladar el mensaje y espíritu a las circunstancias actuales.